Claves para evitar que un perro muerda la correa durante los paseos

perro mordiendo correa. adiestamiento y etologia en valencia 3
Las razones que pueden hacer a un perro empezar a mordisquear la correa durante los paseos pueden ser múltiples:

  • Son cazadores. El movimiento de la correa por delante de su boca les puede incitar a hacerlo.
  • Exceso de excitación: por rutinas poco adecuadas.
  • Haber jugado a estirar de un juguete.
  • Si son cachorros, formará parte de su conducta exploratoria natural.

Siempre es mejor prevenir que modificar una conducta ya establecida. Para ello, os recomendamos el próximo curso de cachorros.

Descartamos como causa la Teoría de la Dominancia. Teoría del sXX a la que muchos se empeñan en aferrarse pero que incluso el que la creó reniega de ella (David Meech).
Como con casi cualquier comportamiento, tanto en perros como en personas, una vez empieza a producirse, cuanto más veces se presenta, más complicado será modificarlo.

Una vez hemos eliminado las causas que motivaron la conducta, lo que suele mantenerlo en el tiempo es el uso de refuerzos involuntarios (refuerzos que recibe el perro sin que el propietario sea consciente de ello). Un refuerzo es todo aquello que al perro le resulta agradable y que aparece en el momento del comportamiento: comida, caricias (no siempre), hablarle, tocarle, mirarle y un largo etcétera.

Para modificar un comportamiento es mucho mejor hacer uso de refuerzo positivo (dar algo que le gusta cuando aparece el comportamiento deseado) y castigo negativo (eliminar algo que le gusta cuando aparece el comportamiento indeseado). No recomendamos el uso de castigo positivo (dar algo desagradable), como gritos o tirones de correa, porque puede ser entendido por el perro como refuerzos (le estamos prestando atención), además de generar más estrés e inseguridad.

Sin más dilación, ahí va la “receta”:

Pasos a seguir para que un perro no muerda la correa durante los paseos:
NOTA: Excepto en el paso 1bis), NO hablamos al perro.

1) En el mismo momento en que el perro se interese por la correa, nos paramos y le damos la espalda (nada divertido pasa). Mucho mejor si lo hacemos ANTES de que empiece a morder la correa pero ya intuimos su intención. Nos mantenemos así, ignorándolo. Si deja de morder la correa, retomamos la marcha, con calma. Si se vuelve a interesar por la correa, repetimos el proceso, todas las veces que sea necesario.

1bis) Si muerde la correa, podemos pedirle que la suelte (ver videotutorial construcción «suelta«) y a continuación dar premios mientras vamos caminando y mantiene el desinterés por la correa. Conforme sigamos avanzando, vamos disminuyendo la frecuencia de los premios, hasta conseguir que podamos caminar sin que los necesitemos y sin que muerda la correa. Personalmente, prefiero usar refuerzo positivo que castigo negativo, porque hay que tener en cuenta que en el segundo caso aumenta la frustración del perro y en ocasiones esto puede generar otros problemas. En el caso que no obtengamos el resultado deseado, podemos pasar a usar el castigo negativo. Es extremadamente importante que antes de usar una técnica u otra nos aseguremos que el nivel de estrés del perro sea el adecuado para un buen aprendizaje y en caso contrario, conocer las pautas necesarias para reducir el estrés. Si no hacemos esto, no obtendremos los resultados deseados, causando frustración en la persona y transmitiéndola así al perro, con resultados contraproducentes.

2) Si sigue mordiendo la correa y empieza a estirar, para evitar el refuerzo del forcejeo, pisamos la correa, manteniéndola bien agarrada del extremo y seguimos ignorando el comportamiento. Para este paso es necesario el uso de una correa de, al menos, 2 metros de longitud. Nos mantenemos así, ignorándolo. Si deja de morder la correa, retomamos la marcha, con calma. Si se vuelve a interesar por la correa, repetimos el proceso, todas las veces que sea necesario.

3) Si aun pisando la correa, mantiene su actitud durante 10 segundos (aproximadamente), atamos la correa a un elemento urbano cercano (farola, banco de sentarse o similar) y nos alejamos unos metros, ignorando su comportamiento. Si deja de morderla, nos acercamos muy despacio y evitando mirarle a los ojos (ver señales de calma), desenganchamos la correa y retomamos la marcha. Si se vuelve a interesar por la correa, repetimos el proceso, todas las veces que sea necesario.

4) Si, mientras está atado al elemento urbano, muerde la correa y tememos que la pueda romper, debemos desengancharlo, acortar la correa todo lo posible (enrollándola en nuestra mano) y retomar la marcha andando despacio e ignorando su comportamiento. Si es necesario, mantendremos algo de tensión de correa mientras andemos, de este modo evitamos que alcance con facilidad la correa. En el momento que veamos que se deja de interesar por la correa, liberamos un poco de correa, si aprovecha la ocasión para volverla a morder, decimos “suelta” (vuelvo a poner el enlace aquí del tutorial “suelta” en nuestro canal de youtube) y volvemos a acortar correa. Repetimos el proceso cuantas veces sea necesario.

5) Recomendamos fervientemente la lectura del artículo “Curva de extinción” para evitar reforzar el comportamiento en un momento de mayor intensidad del mismo.

En el caso que la causa de morder la correa sea un elevado nivel de estrés, puede ser recomendable usar una correa metálica para evitar que se fije el comportamiento. Obviamente, la correa metálica la usaremos mientras estemos siguiendo las pautas de reducción de estrés que nos haya indicado el profesional. No recomendamos el uso de correa metálica como método de modificación de conducta en sí mismo.
Seguid estos pasos y vuestro perro dejará de morder la correa durante los paseos.
¡Muchas gracias por leernos!

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Noel Espinosa - Eurekan.es

Adiestrador, Etólogo y Educador canino

Máster en Etología clínica
Adiestrador Conselleria lic. cv-acc-54

Tel. 665.564.823

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